Implicaciones epistemológicas de la antropología reformada. Miguel Fuentevilla Terán (Maestro en Filosofía)

09.02.2013 18:47

 

Implicaciones epistemológicas de la antropología reformada. Miguel Fuentevilla Terán (Maestro en Filosofía)

Lectura bíblica: Salmo 8

Texto clave: “… ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?” Salmo 8:4

Objetivo: Se pretende explicar la doctrina del hombre desde la cosmovisión reformada a fin de marcar los lineamientos bíblicos de su hechura para desmarcarse de aquellos conceptos antropológicos humanistas o transhumanistas.   

Introducción: La antropología es una ciencia social que estudia al ser humano de modo integral, utiliza como sus instrumentos metodológicos los conocimientos de las ciencias naturales y sociales a fin de producir conocimiento sobre el ser humano en el contexto de sus relaciones. Su campo de estudio abarca la evolución de la especie humana, el origen, desarrollo y los modos de vida que asumieron los pueblos en el pasado, las estructuras sociales actuales, así como las diversas expresiones de la cultura y el lenguaje de la humanidad.

      Por su parte, la antropología reformada es una rama de la teología que explica la doctrina del hombre, particularmente desde los principios bíblicos, por lo que se desmarca de los diversos conceptos antropológicos formulados por la antropología liberalista, humanista, existencialista, evolutiva, tecnológica, freudiana, behaviorista. No es que la Biblia sea un manual de antropología donde se puedan recoger cualquier cantidad de conceptos relacionados al hombre, más bien es un conjunto de principios que permiten esbozar un concepto sobre el ser humano, su origen, su unidad y su destino.

        Por principio de cuentas debe decirse que la antropología reformada comienza reconociendo que el hombre es hecho por Dios, “todo él es la imagen de su Creador, el alma humana, todas las facultades humanas, las virtudes de conocimiento, justicia y santidad, e incluso el cuerpo humano reflejan a Dios.”1 Así lo señala San Pablo en su carta a los Corintios “…pues él es imagen y gloria de Dios” [1ª Corintios 11:7] También Santiago dice “…los hombres que están hechos a la semejanza de Dios.” [Santiago 3:7] Luego en el Evangelio de San Lucas se lee: “… hijo de Adán, hijo de Dios.” [San Lucas 3:38] La persona en su totalidad es la imagen de Dios, “nada en un ser humano está excluido de la imagen de Dios.”2 Es evidente que la imagen de Dios se muestra más en aquellas virtudes éticas que en las características físicas del ser humano. “Esa imagen es la expresión de lo que es más distintivo en el hombre y en su relación con Dios” 3  Calvino4 por su parte encuentra que la imagen de Dios en el hombre, es aquella integridad original de la naturaleza del hombre perdida por causa del pecado revelada en el conocimiento verdadero, justicia y santidad que se extiende a todo aquello en lo que la naturaleza humana supera a las otras criaturas, aunque como advierte el ginebrino: “al ser hecho el hombre de la tierra y del lodo, se le ha quitado todo motivo de soberbia, en cambio el que Dios haya tenido a bien, no solamente infundir en un vaso de tierra, sino además hacerlo también morada de un espíritu inmortal, aquí si que con justo título podría gloriarse Adán de la generosidad de su creador.”5

Desarrollo.- “Los seres humanos son inherentemente criaturas religiosas. No podemos vivir sin un dios, aun si éste último es producto de nuestras manos. Necesitamos un centro, un enfoque último, un punto de orientación para nuestras vidas”6 La religiosidad del ser humano como ese despliegue del espíritu en busca de lo extraordinario, o como señala Calvino, la necesidad de identificarse con un absoluto no es más que la expresión de la imagen de Dios en el hombre, aunque caído siempre está presente en todo hombre que ha pululado sobre la faz de la tierra la necesaria vinculación con lo absoluto; bástese mirar la investigación realizada por James George Frazer7 para encontrar ese distintivo religioso en todo hombre de cualquier latitud geográfica y de cualquier tiempo pasado o presente.

        Ahora bien “Nuestra hechura, nuestra constitución, nuestra gloria, y al mismo tiempo nuestro alto y santo llamado en el mundo de Dios.”8  Conlleva la compleja explicación de la naturaleza del ser humano, donde la antropología reformada se ha ramificado en aquellos que comparten la doctrina dicotomista; presentan al hombre compuesto por dos sustancias, cuerpo y espíritu; hombre interior- hombre exterior, interpretando el espíritu como la parte superior y el cuerpo como la parte inferior, entendiéndose el cuerpo como una maleta animal al que se le incorpora un espíritu para que venga a ser un cadáver viviente dirá el Doctor Spykman.

     Por su parte, los tricotomistas agregan al asunto de la naturaleza humana un tercer factor, el alma como el medio armonioso entre el cuerpo y el espíritu, no obstante permanece la idea de superioridad del alma y la inferioridad del cuerpo.

     La explicación holista enseña: “La naturaleza humana no está compuesta de un cuerpo mundano, de alguna manera unido a un espíritu superior. Más bien todas nuestras maneras de ser humanos son totalmente corporales y al mismo tiempo totalmente espirituales. Es imposible decir donde termina la vida corporal y comienza la vida espiritual.”9 Citando a Bavinck: “Toda la conducta humana, en sus dimensiones más profundas como en espectro total de sus manifestaciones externas, es, en todas partes, y siempre, totalmente corporal y plenamente espiritual.”10      

       La diferencia entre el hombre interior no implica oposición como si el hombre exterior (cuerpo) fuese malo y el hombre interior fuese bueno (alma/espíritu) Ambos van juntos, ambos son creados por Dios. El hombre interior, sin el exterior no tiene una existencia propia plena…De modo que ambos, cuerpo y alma, son originalmente buenos, en el sentido de haber sido creados por Dios, ambos son malos en el sentido de que el poder mortal de la carne tiene control sobre ellos. El concepto holista del hombre, muestra el cuerpo, alma y espíritu como una unidad de la naturaleza humana, sin embargo, la muerte del ser humano constituye un serio obstáculo para la doctrina dicotomista, tricotomista u holista, habida cuenta que si se interpreta la muerte desde estas doctrinas se dirá que el cuerpo es solo una cascara que quedo sin valor real, puesto que el espíritu y el alma como factores superiores han abandonado su depósito, el factor inferior de la naturaleza humana. No menos grave es el problema para el holista, pues al morir el ser humano ¿Qué pasa con el espíritu y el alma? Pues bien, al revisar la Biblia se observa que el lenguaje de la fe dice: “Sea que vivamos, o sea que muramos, del Señor somos” [Romanos 14: 7-9] la pluralidad del lenguaje se refiere a nuestras muchas maneras humanas de ser en su totalidad nosotros vivimos corporal y espiritualmente, morimos corporalmente aunque seguimos viviendo espiritualmente, en la resurrección “nosotros” experimentamos la renovación total de la vida, tanto corporal como espiritualmente. 11  

      Luego, aun y cuando la perenne discusión de la antropología teológica entre dicotomistas, tricotomistas y holistas sea fundamentalmente irreconciliable, su apego al creacionismo del ser humano por Dios, la religiosidad, la fe como una propiedad y la aceptación de la imagen de Dios en el hombre los convierte en parientes disputantes, aunque pareciera que los holistas gustan más a la teología reformada, las tres doctrinas se hacen cómplices para contestar a los conceptos antropológicos que a continuación se enlistan brevemente:

     Concepto liberalista, enseña la constante madurez del hombre, con el paso del tiempo este alcanzará todo su potencial, a fuerza de su determinación el espíritu humano invencible encontrará la esperanza en el avance evolucionario de la humanidad

     Concepto Humanista se aferra a los valores últimos del ser humano, pues tras la aparente oscuridad de su semblante se encuentra el verdadero hombre, el hombre ideal pues  posee una reserva de inalienable bondad y grandeza.

      Concepto existencialista la humanidad ya no es vista como la corona de la creación de Dios, tampoco es el milagro del proceso histórico, ser humano es un riesgo, el hombre no es respuesta es el problema, una amenaza a su propia existencia y el probable aniquilador del cosmos.

     Concepto evolutivo ve a la raza humana emergiendo de formas simples, primitivas a formas complejas actuales, explicado en términos de mutaciones genéticas adaptadas al medio ambiente por el resultado de la selección natural con el resultado de la supervivencia de los más capaces.

     Concepto revolucionario señala al hombre en constante confrontación, el conflicto, la protesta, la lucha hacen madurar al hombre, por eso la revolución se convierte en la locomotora de la historia y el combustible que la mueve al sueño utópico de liberación.

     Concepto Freudiano sometido a los impulsos sexuales agresivos profundamente sumergidos conectan directamente causa-efecto une las inhibiciones de la experiencia infantil a los problemas de la personalidad adulta afligido por la neurosis en el complejo de Edipo encierra las fuentes de los problemas del mundo, donde la única esperanza de liberación es la exposición de los hábitos soterrados y tratar abiertamente con los sueños que los traen a la superficie.   

     Concepto Behaviorista enseña que la conducta humana está determinada por factores externos que ejercen fuerza coercitiva sobre las funciones psicológicas de los seres humanos que son básicamente organismos bioquímicos que interactúan con el estímulo exterior de nuestro entorno cultural, el hombre es un producto de su entorno cambiante.

      Concepto tecnológico el genio tecnológico es el motor del progreso y la continuada exploración científica es el combustible que mueve esta máquina.   Y se espera el bio- orgs, homo sapiens codificados proteínicamente, cyborgs organismos cibernéticos híbridos biológicos y mecánicos, los silorgs con un ADN artificial diseñados para realizar tareas especiales, humano- bots con capacidad de superar los problemas sociales, como un paso más de la evolución de la humanidad.

  Conclusión: La antropología reformada sostiene que el hombre y la mujer original y permanentemente son imagen de Dios, aunque su estado caído los aleja de Dios, la naturaleza espiritual e inmortal del hombre como un ser racional, moral de quien proceden absolutamente la soberbia y el egoísmo perturban el ambiente social, pues nace con la inclinación al mal al grado en algunas ocasiones de exaltarse como la regla absoluta de todo, auto señalándose como la medida de todas las cosas, en otros casos la depresión que lo invade lo hace ver como nada, el hombre está dividido dentro de sí mismo, por eso su vida, individual o en sociedad es una constante lucha entre lo malo y lo bueno, incluso su incapacidad para resistir efectivamente los ataques del mal lo aprisionan hasta esclavizarlo a sus propias pasiones como dijo el Señor Jesucristo “De cierto de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.” [San Juan 8: 34] Es en esa situación donde la gracia divina manifestada en Jesucristo  le muestra al hombre su verdadera vocación que no es más que glorificar a Dios y gozar de Él para siempre como lo dice el Catecismo Menor de Westminister, “Porque de Él, y por Él y para Él, son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén.” [Romanos 11:36] “¿A quien tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; más la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.” [Salmo 73: 25,26] Es por la gracia de Dios que el hombre toma conocimiento de sí y descubre en lo recóndito de su consciencia en un encuentro personalísimo con Jesucristo que le enseña el modo de ser libre de toda cautividad depravada y aún más lo libera de su esclavitud para mostrarle que es hechura de Dios, “…si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” [San Juan 8: 36] Lo dignifica como tal, le enseña su verdadero origen, le muestra que es imagen de Dios y lo induce por la elección hacia el bien. No es el medio ambiente como una coacción exógena a él lo que hace que el hombre sea lo que es.

     Es cierto que el hombre es hecho poco menor que los ángeles, está coronado de gloria y de lustre, su señorío sobre el mundo de Dios es un mandato cultural del Creador, tiene razón entonces cuando se sabe superior a las cosas creadas, de hecho es más que una partícula natural, o un conjunto de traumas, seguirá siendo mejor que cualquier cyborgs en tanto es imagen de Dios, su sueño de inmortalidad no es un espejismo, nace de su capacidad para trascender lo fenoménico natural para indagar en la realidad espiritual alumbrado por la lámpara de su fe que le permite disfrutar del consejo de su Creador.

     Bajo la mirada de la fe en la promesa del Redentor descubre que la inmortalidad comienza ahora en la etapa de su vida peregrina en la tierra “Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.”[San Juan 11: 26] su muerte es como una puerta para entrar   a una realidad diferente a esta realidad, para seguir existiendo de un modo diferente al presente.

    El hombre desde la teología reformada es imagen de Dios, su inmortalidad es redimensionada en Jesucristo “…El que cree en mí, aunque esté muerto vivirá” [San Juan 11: 25] 

Ejercicios para ampliar el estudio

1.-  Ahondar en la explicación sobre la imagen de Dios en el hombre

2.-  Ampliar el estudio de la explicación de la religiosidad del hombre como característica de la imagen de Dios en el hombre en la Institución de la Religión Cristiana de Juan Calvino

3.-   Leer las confesiones de fe de la Iglesia Presbiteriana relacionados con la creación del hombre

4.-   Comentar en clase desde la experiencia personal el modo en que la fe en Cristo permite descubrir la imagen de Dios en el hombre

5.-   Elaborar un estudio grupal de la teoría dicotomista, tricotomista y holista en coordinación con su profesor.

 

 

 


1.- Bavink, “Dogmática reformada” véase en Luis, Berkhof, “Teología sistemática”, Grand Rapids, Michigan, Libros Desafío, 243 p.

2 .- Ibidem, 243 p.

3.-  Luis, Berkhof, “Teología sistemática”, Grand Rapids, Michigan, Libros Desafío, 243 p.

4.-  Juan, Calvino, Institución de la Religión Cristiana, Buenos Aires- Grand Rapids, 1996 Nueva  creación, 116 p.

5.-  Ibidem,  114 p.

6.-  B, Walsh y J.R, Middleton, “Cosmovisión Cristiana una visión transformadora”, Barcelona, Editorial Clie, traducción Víctor Manuel Morales, 2003, 47 p.

7.- James, Frazer, “La Rama Dorada”, México, Fondo de Cultura Económica, 2003

8.-   Gordon, J. Spykman, “Teología Reformacional, un nuevo paradigma para hacer la Dogmática”, 1994,    Grand Rapids, The Evangelical Literature League 249  p.

9.-  Ibidem, 264 p.

10.- Ibidem, 264 p.

11.- Ibidem 272, 273 pp.