Paz con Dios por Miguel Fuentevilla Terán

09.02.2013 18:04

Paz con Dios

Miguel Fuentevilla Terán

Primera parte:

Hay un mensaje que se ha prolongado a lo largo del tiempo, es un mensaje que permanece tan fresco, tan genuino, tan real. Día a día, momento a momento convive con el ser humano, forma parte de nuestra existencia, es tan nuestro que no lo percibimos, es un mensaje del cielo concreto, viviente, activo que invade el reino humano.

En este mensaje, Dios se nos revela como un Creador, Todopoderoso, que provee lo necesario para vivir bien, que sostiene la tierra toda, de modo paternal, que perdona, que salva y que bendice.

Pero ¿De que nos aprovecha saber que Dios ha creado y que por su providencia aun sustenta todas las cosas? La respuesta es contundente; para que seamos pacientes en la adversidad, agradecidos en la prosperidad, y con una visión de futuro tengamos buena confianza en nuestro fiel Dios y Padre de que ninguna criatura nos separará del amor de Dios, puesto que todas las criaturas están de tal manera en su mano que sin la voluntad de él no pueden ni siquiera moverse.

 

Pacientes en la adversidad:

Visión de futuro:

Agradecidos en la prosperidad:

 

            ¿Paciencia en la adversidad? La adversidad es agonía de una enfermedad terminal, accidentes trágicos, genocidios, catástrofes naturales, horrendas injusticias, hambre, los estragos de la guerra, el desempleo, sufrimiento de un secuestro, la pobreza, padres en conflicto, familias desechas, estamos atrapados por el miedo al desconocido, quisiéramos vender lo que tenemos y huir a un país donde nuestros seres queridos tengan todo el bienestar posible  y no tengan miedo.

Precisamente, ahí en el epicentro de la adversidad, Dios habla: [Jeremías 32:27] <He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?>  Jeremías. Quiere decir <Exaltación de Dios>

 Corría el año décimo de Sedequías rey de Judá, el año 18 de reinado de Nabucodonosor, esto es, el año 585, aproximadamente antes de nuestro Señor Jesucristo.

Jeremías se encontraba abandonado, preso en una mazmorra que estaba en la casa del Rey de Judá,  sin futuro, sin esperanza de futuro, en el epicentro de la adversidad, porque profetizaba contra el rey: pelearán contra los caldeos y no les ira bien, porque no han hecho sino lo malo ante los ojos de Dios> En esa angustia que aniquila al hombre, en la intensidad del problema, preso. Hanameel, su primo, llegó al patio de la cárcel y le dijo, ¡Compra mi heredad! Lejos de mirar su condición de moribundo, Jeremías compró la heredad, celebró un contrato de compra- venta, ante los judíos que estaban en el patio de la cárcel que fungieron como testigos, y la carta de venta se la dio a Baruc, y le dijo: ¡Aún se comprarán casas, heredades y viñas en ésta tierra! Porque hay una promesa antigua, esta tierra pertenece al pueblo judío por mandato divino, Dios hizo lo imposible por darles ésta tierra, y ahora, aunque el enemigo esté sitiando la ciudad, ponga aretes en sus narices, los lleve a otras tierras como esclavos, ciertamente volverán y yo seré a ellos su Dios y ellos me serán por pueblo He aquí yo soy Jehová, Dios de toda carne, ¿Habrá algo que sea difícil para mí?       

 

Visión de futuro: El futuro es un horizonte de posibilidades, pero en el mensaje de Dios no se puede llamar de otro modo, sino seguridad, ante la murmuración, la crisis, la inseguridad, la adversidad, dijo Jeremías La seguridad proporciona paz.

 

Segunda parte

Pero, la verdadera seguridad proviene del estar protegido, y nada más seguro que la protección de la sombra del altísimo, esto produce seguridad, porque anclamos nuestra vida en el orden establecido por Dios desde un principio, su Palabra ofrece directrices y están vigentes hoy.

            Queremos paz, y no hay paz, pero nuestra paz es Jesucristo, según San Pablo, [Efesios 2:14] <Él es nuestra paz> Es una aseveración llena de contenido divino porque concurre en nuestra vida, puede concurrir en la vida de nuestra nación, de nuestra familia, sin embargo, es necesario que tú que me escuchas, consideres; en cualquier visión de futuro hay un horizonte de posibilidades, pero la mayor de todas las posibilidades es la reconciliación con Dios en Cristo.

            La reconciliación implica amor, y el amor es decisión. Por lo tano, el principio de la paz es la decisión, más como nuestra decisión es débil, Dios nos favorece con su Espíritu Santo que dirige nuestra oración al Padre [Romanos 8:15] como San Pablo refiere pero nos ayuda a decidir, por eso en la reconciliación hay poder, poder para olvidar, el pasado como ese espacio de experiencias malas o buenas, se desvanece, en su lugar queda la quietud eterna, es una amistad nueva con Dios. Fíjese en el libro de Job [Job 22:21] <Amístate ahora con Dios, tendrás paz y por ello te vendrá bien>       

            Si buscamos en nosotros, o establecemos condiciones, no encontraremos la paz, la paz no es compatible con el orgullo, con la ira, con la insensatez; es lo contrario a la guerra, la guerra es ataque, violencia. La paz viene del perdón, el perdón es paz.

            La guerra no es la única realidad, hay otra realidad, más poderosa que la guerra. La paz que nos dejo nuestro Señor Jesucristo, ciertamente el dijo: [San [Juan 14:27] En el perdón hay júbilo, la guerra es muerte, en la muerte hay llanto, la muerte no es paz, no es una opción de escape.

            Huir y buscar la paz en otro lugar no es opción, la paz es un estado del alma. Por lo que, el conflicto no lo dejamos si nos vamos, o nos esperan otros conflictos, el conflicto lo llevamos cargando, está en nuestra naturaleza.

De ahí que la paz de Dios viene, cuando se entiende que su voluntad no tiene ningún opuesto. Ningún pensamiento que contradiga su voluntad puede ser verdadero. Su buena voluntad es su regalo para ti.

La Voluntad de Dios es una y es lo único que existe. Ese es tu patrimonio. [Romanos 8:17] Por la gracia de Dios somos salvos, es un don de Dios [Efesios 2: 8] La paz significa estar cimentados, arraigados en su amor [Efesios 3:17] conocer el amor de Dios que excede todo conocimiento [Efesios 3:19]

Es lo que dice jeremías, me sedujiste, me venciste, [Jeremías 20:1] por eso, la adversidad es un horizonte de posibilidad que puede ser consumido en la Palabra de Dios que puede incidir en tu vida hoy.

            [Salmo 27:3] Aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.